Que no toquen el cielo
Los programas del tiempo anuncian lluvia para hoy. Es septiembre y, en Murcia, ya han bajado a la Fuensanta, sinónimo de que, por fin, llegarían las ansiadas lluvias para regar los campos y salvar la cosecha. El verano había sido largo, demasiado quizás, y el agua en la Región fue escasa y preciada por todos los agricultores, como Salvador (apodado El Mellinas), quien mira al cielo, feliz, al verlo repleto de nubarrones que se pierden en el horizonte.
A pesar del cielo encapotado, las horas pasan y no ha empezado a tronar el sonido preferido de Salvador: el de la lluvia al tocar suelo. Algo extraño estaba sucediendo, algo no natural. En ese momento, El Mellinas alzó la cabeza y vio la estela de un avión cruzar su cielo nublado. Media hora más tarde, el sueño lluvioso de Salvador quedó truncado: el cielo volvía a ser azul y las nubes se habían retirado. "¡Ves! Si esto ya lo decían en el Feisbu (Facebook)", sentenció el agricultor.
Lo que vio Salvador fue un fenómeno de aviones antilluvia, que se enmarca dentro de la teoría del chemtrail, que proviene de las palabras inglesas chemical y trail, es decir, estela química, por la estela de condensación que deja un avión al pasar por un lugar nublado. Sobre las nubes, supuestamente, vierte una cantidad de compuestos químicos, como el yoduro de plata, que deshacen las nubes de lluvia. Los defensores de esta teoría advierten de la existencia de un plan que persigue el objetivo de controlar y modificar el clima a escala mundial.
No son nuevos los intentos del ser humano por modificar el clima. Según apunta la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET, 2016), desde finales del siglo XIX se han realizado diversos experimentos, con cierto fundamento científico, con el objetivo de aumentar las precipitaciones y, en ningún caso, reducirlas. Destaca el estudio del norteamericano Vonnegut que descubrió que al inyectar yoduro de plata en pequeñas cantidades en las nubes de lluvias, se constituían más cantidades de núcleos de hielo, por lo que aumentaban las lluvias, aunque también puso de manifiesto la dificultad de las aplicaciones prácticas de estas técnicas, ya que no siempre aumentaban las precipitaciones.
En la actualidad, los científicos siguen intentando intensificar las precipitaciones, por lo que la teoría del chemtrail no es aprobada por la ciencia. Estudios científicos como el de Sánchez y Bengtsson (2018) explican que las estelas de condensación de los aviones, prueba principal de la existencia de la teoría del chemtrail, es en realidad un contrail o estela aerodinámica formada por el vapor de agua que sale de la combustión de las turbinas del avión, que se enfría y condensa al atravesar una nube, que está compuesta por vapor de agua sometido a una presión de 200 milibares y una temperatura de -50 grados centígrados. También, existen nubes excepcionales de condensaciones de vapor de agua que no tienen forma de estela, y que se producen cuando un avión supera la velocidad del sonido.
Verdad o mito
A pesar de que la ciencia no avala los chemtrails, muchas personas creen que es verdad, ya que los defensores de esta teoría encuentran argumentos para pensar que los gobiernos intentan manipular las condiciones climáticas. En nuestro país, su principal argumento radica en el artículo 3 de la Ley de Aguas aprobado en el Real Decreto 1/2001 de 20 de julio en el que se anuncia que “la fase atmosférica del ciclo hidrológico sólo podrá ser modificada artificialmente por la Administración del Estado o por aquellos a quienes ésta autorice”.
Por ello, la teoría del chemtrail defiende que los Estados pueden modificar la fase climática para impedir las lluvias. Otro punto clave en la teoría de los chemtrails es la geoingeniería. La geoingeniería, también llamada ingeniería climática, es una propuesta que sale de las teorías científicas para combatir el cambio climático. Sus objetivos son la gestión de la radiación solar y la reducción del dióxido de carbono.
Sin embargo, tal y como explica Cairns, R. (2016) “también está proliferando en Internet un discurso más marginal que postula la existencia de una conspiración para el control del clima”. En estos discursos los valedores de los chemtrail difunden que la geoingeniería no es más que otro plan secreto de los gobiernos para controlar el clima o la población.
Hilo de Twitter de un defensor de estas teorías del 26 de agosto de 2022
Chemtrail en la Región de Murcia
Aunque no todo el mundo defiende la existencia del control climático por redes sociales. En España, las zonas que más denuncias registran por la presencia de avionetas antilluvia son las del sureste del país, es decir, las más afectadas por el cambio climático y la desertificación. Entre ellas, la que más ha denunciado este fenómeno es la Región de Murcia por medio de la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (FECOAM).
FECOAM ha interpuesto diversas denuncias de agricultores que han informado acerca de la presencia de avionetas volando a baja altura en días en los que el pronóstico meteorológico era lluvioso. El miembro vocal de frutos secos de FECOAM, Pedro Guerrero, asegura la existencia de los chemtrail, así como otros métodos para impedir las precipitaciones.
“Existen cuatro sistemas para alterar el ciclo hidrológico: vuelos de aviones a baja altura, vuelos de aviones a más altura o chemtrail, cañones de onda ultrasónica, que modifican la presión atmosférica, y cohetes antigranizo de yoduro de plata”. “El uso de cohetes antigranizo está autorizado en algunas partes de España, pero no en la Cuenca hidrográfica del Segura”. Sin embargo, señala que se siguen fabricando y es un material “fácil de adquirir”.
En referencia a los chemtrail, Pedro ratifica que “no es posible que se trate de un contrail o estela de condensación porque no desaparecen, además de que los vuelos de estos aviones siguen rutas no permitidas por aviación civil”. También, confirma que “la OTAN y el Ejército son los responsables de los chemtrail, ya que uno de los intereses que se tiene es tener el espacio aéreo limpio”. Por ello, no habría tantas denuncias de este fenómeno.
Además, advierte que la geoingeniería no persigue reducir el cambio climático y que reducir los niveles de dióxido de carbono “sería un gran error”. Por último, dictamina que se “está de espaldas a la realidad” y que el yoduro de plata impide las precipitaciones “al ser un metal pesado y aumentar la presión atmosférica”.
Amenaza o beneficio
Los defensores del chemtrail alertan de que los aviones, además de impedir las precipitaciones, con los mismos metales pesados que utilizan, supuestamente, rocían a la población, lo cual genera enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Los supuestos compuestos químicos que utilizarían los aviones antilluvia son los siguientes: yoduro de plata, aluminio, bario y estroncio.
El bario y el estroncio sí son reconocidos por la ciencia como metales pesados, sin embargo, el yoduro de plata y el aluminio, no lo son. Además, según el químico e investigador predoctoral de la Universidad de Murcia, José Manuel Ramón Torres, ninguno de los cuatro compuestos químicos, en pequeñas cantidades, puede afectar a la salud humana. Esto concuerda con la información de Sánchez y Bengtsson (2018) sobre una denuncia por un posible caso de chemtrail en la Patagonia argentina. Según este ensayo: “se necesitarían unos 300 millones de aviones con bario para elevar la concentración en el suelo a niveles considerados como tóxicos”.
José Manuel Ramón Torres, también, descarta el potencial del bario y de los otros compuestos químicos para disolver una nube. Afirma que “es impensable que el yoduro de plata pueda disolver una nube formada por vapor de agua, ya que no es una sustancia soluble en agua”. Además, confirma que es posible que el yoduro de plata pueda intensificar las precipitaciones, ya que “tiene una estructura similar a la del hielo”, lo cual permite que las moléculas de agua se ordenen con mayor facilidad. También, advierte que “existen discrepancias entre los científicos sobre si este método es realmente efectivo”. Gómez Cantero, J. (2018) señala que no sirve en un día de cielos despejados, ni todos los tipos de nubes son válidos para esta técnica (p. 7).
Yoduro de plata contra el cambio climático
La creación de agua artificial mediante el yoduro de plata es un proceso conocido como “siembra de nubes” que se enmarca dentro de los proyectos de geoingeniería para paliar los efectos del cambio climático. Algunos países como China, Estados Unidos, Tailandia o Emiratos Árabes Unidos están intentando investigar aún más sobre la “siembra de nubes”, pero aún no han obtenido resultados concluyentes.
El caso de “siembra de nubes” más conocido fue el de China en el año 2008, durante la celebración de los Juegos Olímpicos celebrados en Pekín. Según la agencia Reuters, para la ceremonia de apertura, los pronósticos meteorológicos anunciaban lluvia, sin embargo, el Gobierno chino anunció que iba a “sembrar las nubes” para que estas descargaran las lluvias antes de llegar a Pekín.
China es el país más avanzado en la “siembra de nubes”, ya que según afirma su Gobierno en 2025 será capaz de controlar el clima en un 60% de su país. Esto ha generado desavenencias políticas con sus países vecinos Taiwán e India al considerar que China les estaría “robando la lluvia”.
Chemtrail en la calle
Shearer et al. (2016) determinan que, a nivel internacional, casi el 17 % de la población cree en la existencia de planes secretos a escala global asociados a los chemtrail o a la geoingeniería. El número de páginas web de esta temática se ha multiplicado en los últimos años, así como los artículos y foros de debate. Con esta premisa, se ha entrevistado a personas de diferentes rangos de edad para conocer si confían en la veracidad de teorías como los chemtrail.
Los resultados de las entrevistas demuestran que algunos jóvenes no descartan la existencia de los chemtrail, a pesar de mostrarles que la teoría no está respaldada por la ciencia. Las personas de mayor edad son las que más han oído hablar de las avionetas antilluvia. Algunos de los adultos encuestados habían oído hablar de este fenómeno, pero no conocían si era verdad o simplemente un mito, como es el caso de Salvador Mellinas.
Aquel día no llegaron las ansiadas lluvias de Salvador, pero eso no confirma la información que vio El Mellinas en Facebook, acerca de unos aviones que rompían las nubes, dejando una estela formada por compuestos químicos que contaminan la atmósfera. El rastro aerodinámico formado por las turbinas del avión desapareció a los diez minutos. Diez minutos en los que Salvador recibió la llamada de sus jornaleros de otra finca que Salvador regenta en el Campo de Cartagena. Allí, sí se había cumplido el sueño de Salvador. Estaba lloviendo. ¡Al final va a tener razón mi nieto, y no va a ser verdad todo lo del Feisbu!, exclamó El Mellinas al conocer la noticia.
Referencias bibliográficas
Agencia Estatal de Meteorología. (AEMET, 30 de septiembre de 2016). AEMET AL MARGEN DE LAS LLAMADAS “AVIONETAS ANTI-LLUVIAS”. AEMETBlog.es. https://aemetblog.es/2016/09/30/aemet-al-margen-de-las-llamadas-avionetas-anti-lluvias/
Cantero, J. G. (2018). La geoingeniería como técnica de lucha contra el cambio climático. bie3: Boletín IEEE, (10), 1001-1018. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6555553
Cairns, R. (2016). Climates of suspicion:‘chemtrail’conspiracy narratives and the international politics of geoengineering. The Geographical Journal, 182(1), 70-84. https://rgs-ibg.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/geoj.12116
EL CIELO, E. E. (2018). ENSAYO. https://desdelapatagonia.uncoma.edu.ar/wp-content/uploads/2018/12/3.-Revista-25-Sanchez-Bengtson.pdf
Shearer, C., West, M., Caldeira, K., & Davis, S. J. (2016). Quantifying expert consensus against the existence of a secret, large-scale atmospheric spraying program. Environmental Research Letters, 11(8), 084011. https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/11/12/129501
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