El consumo les consume
El consumo les
consume
Bienestar animal en la industria
cárnica
Es tradición en la familia de Juan ir a su casa de campo a
comer cochinillo todos los domingos, pero no fue hasta esta última comida
familiar cuando Juan vio por primera vez el cuerpo del animal muerto antes de
ser cocinado. Esto le creó cierta incomodidad y sobre todo le hizo pensar y
razonar en si era ético y racional el “devorar aquel animal”, como el propio
Juan afirma.
Pasa el tiempo y los problemas y malas conductas sobre la
industria cárnica se siguen solucionando. Es por ello la introducción de la
nueva ley de bienestar animal. A día de hoy, Juan se ha hecho vegano y cada día
le indigna más la situación que se vive en la industria cárnica. Son numerosos
todos los problemas aún vigentes pues, el volumen de los animales que son
llevados al matadero es equivalente a ocho veces la población mundial (Moreno,
2016). Sin embargo, este dato no es el más preocupante, ya que la verdadera
polémica no se encuentra fuera de las industrias y mataderos, sino dentro de
las mismas. El fin de los mataderos es matar a los animales de la manera más
rápida y eficaz posible, dejando de lado cualquier forma de empatía o
compasión, utilizando en algunos casos formas de aturdimiento de maneras
verdaderamente crueles. Sin embargo, se nos olvida que los animales son
plenamente conscientes de todo lo que se les hace cuando son mutilados,
degollados, introducidos en tanques de agua hirviendo, etc. (animal-ethics.org,
2023).
Para poder llegar a la situación en la que viven a día de hoy
cada uno de los animales tenemos que remontarnos al pasado para ver cómo ha ido
cambiando el trato hacia estos. Como se ha mencionado anteriormente, el trato
no es agradable ni mucho menos compasivo, hay que tener en cuenta que los animales
también son sensibles y conscientes de todas y cada una de las prácticas que
llevamos a cabo contra ellos. Como afirma la consultoría veterinaria especializada en etología y
bienestar de fauna salvaje que vive bajo el cuidado humano, Yocalti (2021), hasta
hace poco no existía ni un concepto ni una disciplina que velara por el
bienestar de estos animales. Poco a poco el conocimiento obtenido a partir del
bienestar o malestar de los animales de granja se extendió a otros ámbitos como
los laboratorios, zoológicos, centros de rescate o animales de compañía.
Por ello y
gracias al avance e investigación científica, se llegó a confirmar sin ninguna
duda que todos los animales son perfectamente capaces de sentir malestar, dolor
y sufrimiento, como se puede ver en el siguiente gráfico:
En 1993, el Consejo de Bienestar para los Animales de Granja
Británico, Farm Animal Welfare Council, UK (1993), formuló las denominadas “5
libertades para el bienestar animal”que son:
1.
Libertad fisiológica: Libres de hambre
y sed.
2.
Libertad ambiental: Libres de incomodidad o
malestar físico y térmico.
3.
Libertad sanitaria: Libres de dolor,
enfermedad y lesiones.
4.
Libertad psicológica: Libres de miedo
y angustia.
5.
Libertad comportamental: Libres para
poder expresar su comportamiento natural.
Todo ello recae en la Declaración Universal sobre Bienestar
Animal creada por las Naciones Unidas y apoyada,entre otros, por la World
Society for the Protection of Animals (WSPA) es una propuesta para reconocer que los animales son seres
capaces de sentir y sufrir, que poseen de unas necesidades de bienestar que
deben ser respetadas y que la crueldad hacia ellos ha de terminar, de
ser aprobada cumpliría uno de los Ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio y
los animales estarían en primera línea de objetivos a tratar, mucho mejor
vigilados y su bienestar sería una pieza clave en las agendas de los políticos.
(Noemí O. Friedrich. 2012).
Una lucha interminable
Como estamos pudiendo ver la lucha contra el bienestar animal
es una lucha de enfrentamiento constante año tras año. Tanto es así que años
más tarde, concretamente en 1995, se creó una ley contra todas aquellas
personas que usaban la fuerza contra los animales y personas. En ella se definen los delitos y faltas que
constituyen los presupuestos de la aplicación de la forma suprema que puede
revestir el poder coactivo del Estado como es la pena criminal humana y animal.
Con todos estos criterios lo
que se quiso pretender hacer fue, como era lógico, la adaptación de forma
positiva este nuevo Código Penal a los valores constitucionales. Los cambios
que se introdujeron en la dirección de este proyecto son innumerables. Algunos
de estos cambios fueron proponer una reforma total de ese actual sistema de
penas de modo que permita alcanzar los objetivos de resocialización que la
Constitución le asigna. Otro fue el de afrontar la contradicción que hay entre
la intervención mínima y las crecientes necesidades de tutela en una sociedad
cada vez más compleja a través de acoger nuevas formas de delincuencia, pero
eliminando las figuras delictivas que ahora con esta ley lo son (Ley Nº10,
1995).
Actualmente, las leyes nombradas anteriormente siguen
vigentes, sin embargo todavía queda un largo camino que recorrer hasta que esta
polémica acabe, de hecho, en base a ella han surgido diversas polémicas más.
Una de ellas es si la dieta vegetariana/vegana es realmente saludable y
beneficiosa en todos los aspectos, pues según en el artículo de Juan Fernando Naranjo-Ramirez et al (2020), los beneficios de hacer
estas dietas no son del todo fiables ya que en su artículo comenta que, por
ejemplo, el valor nutricional y biológico que la proteína que da la carne es
1,4 veces mayor al que da la proteína vegetal, incluso se cree que dicha
proteína, gracias a sus aportes nutritivos, ayuda a prevenir la ingesta
irregular de comida que puede provocar obesidad. Juan Pérez es vegano desde
hace más de 5 años y nos comenta que su alimentación y valores nutricionales no
han cambiado desde entonces, “se dice mucho que al no comer carne te faltan
vitaminas, proteína, que si te quedas anoréxico y tal, pero eso es porque la
gente no sabe comer. La vitamina b12 exclusiva de la carne la tienes en
suplementos y la proteína y demás está en muchos otros alimentos. El no comer
carne no te va a restar salud, solo que tienes que saber cómo sustituirla”. Por
otro lado, se habla mucho de que ser vegano no tiene sentido, ya que no por
ello las industrias cárnicas van a parar. “No, si parar no van a parar de momento, eso solo sería posible si la mayoría
de la población fuese vegana, que es el objetivo, pero ahora mismo hacerse
vegano es una decisión personal para que tú de forma individual no contribuyas
al maltrato que hoy hay en las industrias cárnicas”. afirma Juan.
Ese
maltrato del que habla Juan, ya se ha comentado anteriormente en lo dicho por
animal-ethics (2023), afirmando que los mataderos buscan matar a los animales de maneras rápidas
y eficaces, por lo que se utilizan formas de aturdimiento violentas y crueles,
llegando a estar conscientes muchos de estos animales a la hora de ser
ejecutados
María
Turpín Herrera, concejala de bienestar animal, nos comenta que “con la nueva
ley de Bienestar Animal (Ley Nº7, 2023) se intenta regular lo que se debe y puede hacer a los
animales en granjas, mataderos y la industria en general”.Sin embargo esta ley
no da una solución rotunda para tal problema pues “es más difícil solucionarlo
de lo que parece, pero por suerte poco a poco se va progresando.” comenta
María.
De nada
sirve el buen trato recibido por todos estos animales en las granjas donde se
han criado si después tienen que sufrir cada una de estas atrocidades. En ellas
se les trata de una forma totalmente contraria. Mientras en los mataderos se
les trata de aquella manera, en las granjas se les cuida, les dan de comer, los
bañan etc. En cada una de estas instalaciones se les facilita dicho trato a
través de construir distintos lugares para sacarle el mayor producto y la mejor
productividad posible, no para que se les quite la vida de la manera en la que
lo hacen estos mataderos.
Declaraciones de José Miguel
José
Miguel, un ganadero lorquino, nos cuenta el funcionamiento y el trato que
reciben los animales en las granjas. “Aquí se les cuida de una forma especial.
Nosotros no pretendemos hacerle daño a los animales, sino sacar el mayor
beneficio de cada uno de ellos”, explica. En estas instalaciones hay distintos
lugares para trabajar específicamente con cada animal. “Tenemos máquinas de
leche para ordeñar las vacas, comederos para los animales, distintos lugares
para hacer queso, carne.”, comenta.
Tal y como
explica José Miguel es la forma correcta de tratar con estos animales. Hay que
sacarle su mayor productividad ya que, por ejemplo, el sector bovino ocupa la
segunda posición en la importancia económica de las producciones ganaderas.
Esto supone que la producción de leche y carne de vacuno es más del 30 % de la
producción final ganadera de España. Además, nuestro país es un importante
productor en el ámbito europeo e internacional, siendo, en el caso de la carne,
el cuarto país productor en la Unión Europea, y el séptimo en el caso de la
leche (Ley Nº1053, 2022).
Por su
parte, el sector porcino es el que ocupa la primera posición en la producción
ganadera en cuanto a importancia económica de nuestro país, siendo, también,
uno de los principales productores en el ámbito europeo y mundial. Es por ello
que este es uno de los elementos clave en los que se ha sustentado la evolución
del sector productor en las últimas décadas (Ley Nº306, 2020).
El lugar
en donde ubicar las granjas tiene que ser específico. No se pueden construir en
cualquier parte de una ciudad, sino a las afueras de estas. Allí tendrán más
espacio para ocupar y donde tratar mejor a los animales. Esta situación es la
que le afecta a José Miguel en su localidad para poder construir todas las
instalaciones propias de una granja. Por si fuera poco, en Lorca han restaurado
la normativa y ahora obligatoriamente tienen que desplazar aún más estas
granjas, ya que tienen que respetar una distancia de 1500 metros respecto a las
afueras de la ciudad (P.G.M.O. Nº75, Lorca).
Un futuro que descoloca
Sin
embargo, el futuro es incierto a la hora de hablar sobre el trato de los
animales en la industria cárnica pues como nos cuenta Laura Valles de ANIMAC
“ahora se está empezando a pensar en cambios en dicha industria para resolver
tal problema, y poco a poco se van forjando leyes y elementos que lleven a esos
cambios, como la nueva ley de bienestar animal”. Finalmente comenta que “es un
proceso lento que va a llevar años de trabajo, estos problemas no se solucionan
de la noche a la mañana, pero como dice el dicho, ‘tiempo al tiempo’”.
Gracias a
la influencia y cambios en el estilo de vida de Juan, los domingos de cochinillo
han cambiado, así como su percepción y la de su familia a la hora de comer
carne. Bien es cierto que como él mismo comenta, que ellos hayan reducido su
consumo de carne no va a cambiar la industria, pero indudablemente es un
pequeño paso para lograr una armonía entre el consumo de animales y su
necesario bienestar.
REFERENCIAS
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